Quién no se ha hecho alguna vez preguntas del tipo: ¿Qué es la felicidad? ¿Soy verdaderamente feliz? ¿Cuál es el sentido de mi vida? Lo cierto es que no somos ni los primeros ni los últimos que nos hacemos este tipo de preguntas. La razón de la existencia humana es un tema que nos viene preocupando desde hace ya mucho tiempo (algunos milenios como poco), y sin embargo, parece que aún a día de hoy nos resulta difícil encontrar una respuesta.
Es posible que sea debido a que no existe una respuesta única y universal. De hecho, las respuestas pueden llegar a ser tan variadas y diversas como nuestros gustos musicales o culinarios. Pese a ello, lo que sí es cierto es que algunas respuestas parecen acercarnos más que otras a la propia felicidad y al sentido de la vida.
En los últimos años de mi vida me he dedicado, entre otras cosas, a profundizar en el concepto de felicidad, ya que resulta muy difícil decidir si somos felices o no cuando ni siquiera tenemos clara la propia definición de felicidad. ¿Qué es lo que determina la felicidad? ¿Cómo podemos darnos cuenta de si somos realmente felices o no? ¿Podemos comparar nuestra felicidad con la de otras personas? ¿Existe una escala de felicidad donde podemos medir cuánto de felices somos?
Una vez más, esta definición puede ser muy subjetiva y dispersa. Pero lo cierto es que, paradójicamente, la definición que nosotros decidamos darle a la felicidad será la que en última instancia determine la dificultad o facilidad con la que podamos darnos cuenta de nuestra felicidad verdadera.
Tras haber leído y estudiado a muchos de los autores más relevantes e influyentes en temas relacionados con la felicidad y el sentido de la vida (desde los más antiguos como Laozi hasta los más contemporáneos como Viktor Frankl o Rafael Santandreu), la principal idea que podemos extraer es que:
La felicidad no es algo con lo que nacemos, es algo que aprendemos.
Efectivamente, debemos quitarnos de la cabeza el mito de que la felicidad es algo innato a nuestra persona, algo que se tiene o no se tiene, algo que depende de factores externos o de las condiciones de nuestra vida, como el dinero, el estar acompañado, el éxito, el reconocimiento o el prestigio…
Nada más lejos de la realidad, y sin importar las condiciones particulares de nuestra vida, todos podemos aprender a ser plenamente felices. Los factores externos de nuestra vida y nuestra propia fortaleza mental harán que nos resulte más fácil o más difícil aprender a ser felices, pero debemos aceptar que con esfuerzo, todos y cada uno de nosotros tiene la capacidad de aprender a ser feliz.
Y es precisamente por ello que decidí escribir el libro “Felicidad Sin Fronteras”: porque confío en que el resto del mundo también se puede beneficiar de este conocimiento y emplearlo para aprender a ser felices. Con voluntad y un poco de esfuerzo, el libro nos ayudará a tener una vida más feliz, cargada de alegría, amor, entusiasmo, motivación, generosidad, amabilidad y humildad.
Y tú, ¿crees que la felicidad es algo que se aprende? ¿o crees que es algo con lo que nacemos? Te animo a continuar el debate en la sección de comentarios de este post.
Impaciente por leer tu libro!
comienzo con esa frase pues la comparto igualmente y no solo para su lectura, para todas aquellas cosas que comienzas desde que te trajimos a este mundo …….
Eres joven pero con una vida muy intensa…..conoces,sientes y te decides a explicar esas notas recogidas y que van más allá de lo que se puede explicar con la razón….
espero ver los frutos de esa sensación que sientes en ayudar a otros en su camino …..y encuentren la FELICIDAD
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Muchas gracias Happy Guy. Aunque no estoy muy seguro de quién eres, de lo que sí estoy seguro es de que eres alguien importante en mi vida. Tus palabras han tenido un gran impacto. Espero que una vez se publique el libro disfrutes leyéndolo tanto como disfruté yo escribiéndolo. Muchas gracias por compartir tus pensamientos.
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Impaciente por leer tu libro!
Te conocí en una etapa muy distante de tu vida, y he sido por lo tanto testigo de los cambios en tu forma de entender la vida.
Me alegra muchísimo que hayas descubierto y aprendido tanto acerca de la felicidad, tú mismo lo reflejas. Sin duda las experiencias que has vivido alrededor del mundo entero y las magníficas personas que has conocido te han llevado, irremediablemente, a este enriquecimiento tan asombroso por el que has pasado.
Aún no podemos leer tu libro, y aún así estoy seguro de que ya has contribuido enormemente a la felicidad de algunos afortunados que, como yo, en algún momento del camino hemos tenido el placer de cruzarnos contigo.
Mi más sincera enhorabuena por este nuevo proyecto.
Aprovecho para compartir una cita que, a medida que pasan los años, encuentro cada vez más certera:
“it`s not about the search for happiness, but the happiness of the search.”
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